¡Objetivo no cumplido! ¿culpa del hielo?

Los protagonistas indiscutibles de la carrera fueron la nieve y el hielo.

Me levanto a las 8:30 de la mañana, no he dormido muy bien pensando en la carrera y con los nervios que preceden a una competición, realmente no voy a competir con nadie, únicamente conmigo mismo, ya que me he propuesto superar mi mejor marca personal (49:32).

Llego al Parque lineal del Manzanares a las 9:45 y recojo mi dorsal, todavía me queda una hora para que empiece la carrera, aún no ha llegado mucha gente, muchos suelen llegar con la hora pegada y se montan colas importantes a última hora para recoger el dorsal.

He mirado el termómetro del coche y marca 3 grados, hace un frío que pela!, el guardarropa está vacío, nadie se atreve a desprenderse de ropa hasta el último momento.

Decido esperarme un rato en el coche porque el frío es insoportable, además no puedo llevar pantalón largo porque llevo rodilleras (ya os contaré otro día porqué).

A falta de 20 minutos para la salida salgo del coche para calentar un rato, el panorama es desolador, la mitad del circuito esta cubierto de nieve y hay tramos incluso con peligrosas placas de hielo, no hago más que oír comentarios del tipo "madre mía que frío!, si no me puedo ni mover", "que peligro con el hielo, más de uno se va a romper la crisma", incluso vi a un chaval con pinta de ser muy bueno que decía a sus compañeros del club "mira, porque ya estamos aquí todos, pero tal y como está la pista yo me iría a casa, además así no puedo mejorar marca, en vez de hacerlo en 38', lo haré en 42' o 43', no quiero arriesgarme a caer" (mi héroe!, para él eso es ir de paseo, lo flipo!)

Con estos ánimos, compartidos con la gente, empecé a pensar en mi estrategia de carrera.

Me he propuesto bajar de 49', para lo que necesito hacer una salida fuerte, ritmos de 4:20 - 4:30 min/Km, según me aconsejó días antes mi maestro y amigo en estas lides: Miguel Serrano, ya os hablaré más de él en otro artículo exclusivo.

Me coloco en el cajón de 40', porque es de donde sale la gente al ritmo que a mi me interesa, lo normal es salir más suave e ir incrementando el ritmo en la segunda mitad de carrera (es lo que he leído en las revistas de corredores, pero yo hago caso a mi maestro).

Durante 3 km mantengo un ritmo de 4:30, me doy un pequeño susto en una curva porque casi caigo al suelo, durante un par de km voy a un ritmo más tranquilo, paso los 5 km en 24:12.

Los puntos kilométricos están marcados cada 500 m, es una gozada para controlar el ritmo, creo que es la única carrera que he corrido en Madrid que marca así (un 10 para la organización ! ).

Llego al km 6,5 muy muy cansado, noto un bajón muy importante, las pulsaciones demasiado altas, el pulsómetro me va pitando continuamente, voy bien de tiempo, pero he bajado mi ritmo en los últimos km a 5:20, no tengo buenas sensaciones, además correr sobre nieve (mi primera vez) es incluso más incómodo que correr descalzo sobre la arena de la playa, porque además de ser una pisada insegura y que te machaca los tobillos, es muy difícil controlar la tracción, cada zancada te hace patinar un pelín, de hecho en las curvas tienes que abrir los brazos para controlar el equilibrio y no resbalar... vamos toda una aventura!.

Empiezo el kilómetro 9 y veo que estoy fuera de ritmo, muy cansado, las pulsaciones por las nubes, incluso los últimos 500 m son ligeramente cuesta arriba. Pero el olor a meta me reactiva, me doy cuenta de que si aprieto un poco, aunque ya no voy a conseguir mi objetivo, al menos puedo intentar bajar de 50' (solo he bajado una vez en mi vida).

Últimos metros..., lo doy todo! ... entro en meta en 49:58 (tiempo neto oficial).

No consigo mi objetivo, pero estoy muy satisfecho, porque pese a la dificultad de la nieve y el hielo consigo hacer una buena marca (para mi).

Todos los corredores sabemos que no es lo mismo decir que has terminado en 50:00, que decir 49:59, aunque solo es un segundo de diferencia para los atletas esto es un mundo (psicológicamente hablando).

Con la emoción de haber terminado con un tiempo digno, me recupero rápidamente, dejo el chip y me dan mi trofeo por llegar: que consiste en una bolsa con agua y ... ¡sorpresa! dos camisetas, una con el logo de la carrera y otra con el logo del Maratón de Madrid, para ir incentivando a los corredores a entrenarse para tan magno evento.

¡ME VUELVO FELIZ A CASA!

Lo que me parece increíble es que pese al frío (3º)y las malas condiciones de la pista (nieve y hielo con posibilidades altas de lesión), casi el 100% de los corredores inscritos estábamos ahí, en la salida, no es fácil que un atleta popular se retire de una carrera por algo tan insignificante.

¿Alguien se anima a darnos algún consejo sobre carreras con estas características?
es decir, nieve, hielo, bajas temperaturas...
¿es normal bajar el ritmo?
¿podría haber mejorado mi marca o dan igual las inclemencias?